domingo, 30 de noviembre de 2014

En el otro hemisferio



Tu sol, mi sol, nuestro sol.
Hasta diferentes son las nubes por aquí.
Hasta la humedad grita de otra manera.
Y se respiran otros colores,
porque otro es el lugar.

Porque las cuerdas vibran
acercándose,
porque las agujas pinchan,
abrazándome,
porque las agujas dan
horas distintas.

Es un momento aparte.

Y si Beatriz faltaba allá arriba en las estrellas,
Noelia faltaría en el otro hemisferio.




viernes, 7 de noviembre de 2014

Mi boca recapitula



A la música se adaptan
los labios, dientes y muelas.
A las páginas se adaptan
los dedos, ojos y uñas.

Y los pañuelos de seda,
bóvedas de cicatrices,
catalogan corazones
ahogados de problemas.

Porque entre púas y manos
existe un pacto nevado
por palaciegos recuerdos
que quizás abandonamos.

Recordando tus rincones,
invocando tus rostros
añorando tus relámpagos
sembrando cuatro raíces:

Una para tus misterios.
Una para tus regresos.
Una para tus dos piernas.
Una para tus dos pechos.

Y canta el poeta ciego
versos a guerreros griegos,
pero no sabrá de auroras,
ni de flores en poemas.

Mi boca recapitula
cada uno de tus besos,
que, vulnerable, disfrutas
cuando quebrantas mis huesos.

¡Aprieta, sí, dulcemente!
Coleccionaré estampas
siempre y cuando te desnudes,
coleccionaré estampas.

Separador dejaré
en esas páginas suaves,
y volveré, volveré.
¡Lo leerán multitudes!

Paisajes enjabonados
una y otra vez amados
entre espumas y recuerdos,
entre burbujas y recuerdos.

Las páginas pasarán:
yo revisaré que estés,
Oh, en tinta negra escrita,
con curvas y con detalles.

Mi boca recapitula
cada una de tus migas,
blancuzcos fragmentos del pan
que, para degustar, dejas.

Eres ese restaurante
que con exquisitos platos
donas paladares llenos
pues soy mendigo huésped

de restos recapitulados:
¡Gracias a los comensales
quienes, humildes, ofrecen
esos amores mordidos!

Mientras las celebraciones,
las ollas, copas y carnes,
entre ámbares retenidos,
son abrumadas en nidos,

construidos por esas aves,
las sonrisas voladoras,
por españolas culturas
sin manchas, pecas, ni tiznes.

Aquí la espero, sirvienta,
heroico carruaje celta
que en británico me tienta
con estofados de imprenta.

Mi boca recapitula
todo el aroma al café
de tu saliva meliflua.
¡De memorias sangraré!