martes, 19 de mayo de 2015

Gente y carretera

Un  bambú nublado, angustiado y argentino se alargaba como una carretera llena de plomo y camino... sosteniendo  máquinas de  guerra en un momento en el que, si faltaba algo, no se lo encontraba...

Gente y gente...

Y tiemblan las  nuevas  carreteras... tiembla el holandés que falta a la invitación de  césped y redonda... falta gente pero las nubes  de lluvia juntan y amontonan singularidades de papelitos y vitoreos inentendibles.

Gente y gente...

Las ramas se rompen y el bizcochuelo de  mamá lo va a comer el abuelo verdaderamente imberbe mientras el frío sobre las hermanas del sur rompe huesos, actitudes, cuchillos de fuego y una niñez o mil.

Gente y gente...

Se concentran las palomas pero quieren escapar de la plaza  porque  prefieren contemplar  pañuelos ajustados. 

Gente y gente...

Pasen por aquella carretera,  máquinas destructoras, que ustedes han desvencijado  estómagos y  hogares cuando la gente y gente sajona, sin derecho, pero con mucho Imperio, bajo palabras de hierro rosado, cumplieron con su tarea.