martes, 2 de septiembre de 2014

A Hiperión.


Como rellena de ira una nube inconsciente,
bolsa de sangre,
transportando,
deslizándose por la savia
del odio,
del amor.

Se engarza a la tierra
dejando huecos con besos
de polvo,
de pueblo.

Y el tacto se deprime
cuando el empedrado por donde camino
es caro.
Y el tacto se deprime
cuando no atraigo átomos de calor
ni de dolor.

Chillo sofocándome.
¡Tremebunda revelación!
Tiembla la construcción
del presente.

Nada ríe.
Todo decae
hipa.
Se desgrana la materia.
Se suelta el entramado.
Se derrumba la vida.
            Estoy más adelante,
            más cerca de la verdad.

Dilucidé el enmarañado registro de la realidad.
Te descubrí.
¡Has sido desenmascarada!

Al mundo se le suma la inquietud del poeta
y la vacilación que se agrieta.