lunes, 1 de septiembre de 2014

Delacroix


Allí en el Louvre estabas tú,
lienzo de oro,
entre miradas de barro.

Yuxtapuestos expertos
alumnos
turistas.

Tu padre te descubrió,
otorgándole una corona
aún más fuerte en el destello.

Sobre él se oye el verdadero
aplauso a Josefina,
se sufre la frescura
que emanan los dedos
apretando la diadema.

¡Óigase el clamor!
A Delacroix con amor.