lunes, 1 de septiembre de 2014

Ciudad de Niebla


Embadurnada por la niebla, húmeda por la llovizna.
¿Cuánta realidad es roída por el espejismo de la verdad?

Cielo tragado por la ciudad y
regurgita humanos.

Se sube por la avenida,
distraen los caminos que
llevan al horizonte.

Tangible como juguete
y nada me retiene aquí.

Ahora ella respira hondo
abre sus ojos
abre su pecho
golpea a los viajeros.

¿Dónde están los lotos de colores
sino debajo del asfalto?

No es guía un comandante.

Y ese fin,
ese amplio sol que grita por nosotros,
se acerca.

Se aleja.

Inasequible estrella
opaca
en la Ciudad de Buenos Aires.